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Consejos para alquilar almacenes en Perú cerca de puertos

Elegir un almacén no es sólo comparar metros cuadrados y precio. En Perú intervienen normas municipales, requisitos de seguridad, necesidades operativas y, sobre todo, la ubicación dentro de la red logística. A continuación, conoce los consejos para alquilar almacenes en Perú que priorizan la seguridad jurídica, la eficiencia operativa y la continuidad del negocio. De forma transversal se incorporan aprendizajes del mercado de alimentos no perecibles y de operaciones cercanas a puertos, con el objetivo de ayudar a tomar decisiones informadas y sostenibles.

Antes de firmar: requisitos legales que no se deben pasar por alto

Verificar propiedad y habilitaciones

Antes de cualquier compromiso conviene confirmar que quien arrienda es el propietario o cuenta con poder suficiente; además, revisar cargas y gravámenes y la zonificación municipal que permite uso industrial o de depósito. Un contrato sólido debe especificar destino del inmueble (tipo de mercancía), plazo, renovaciones, mantenimiento, seguros, garantías y el mecanismo de solución de controversias (por ejemplo, arbitraje).

Licencias y seguridad

Dependiendo del rubro, los municipios pueden requerir licencia de funcionamiento y certificaciones de seguridad vigentes. Es clave acordar por escrito quién tramita y costea adecuaciones (sistemas contra incendios, señalización, salidas de emergencia, etc.) y en qué plazo lo hará. También es prudente pactar inspecciones de recepción y de salida, con actas y fotos, para evitar disputas sobre deterioros.

Cláusulas que protegen la operación

Incluir un anexo técnico con el layout, cargas máximas por estantería, rutas de evacuación y aforos evita malos entendidos. Se recomienda estipular penalidades por indisponibilidad del inmueble por causas atribuibles al arrendador y, a la inversa, por uso indebido del arrendatario. Incluir un plan de mantenimiento preventivo y responsables es parte de una buena gobernanza del activo.

Aprendizaje del mercado

Desde la experiencia de operadores que gestionan alimentos no perecibles, se ha validado que coordinar de antemano los requisitos con autoridades y con el área de seguridad del cliente evita cuellos de botella en la puesta en marcha. En ese sentido, la cultura de transparencia y de documentación es un habilitador operativo, no un mero trámite.

Ubicación estratégica: puertos, conectividad y tiempos de entrega

En logística, la ubicación lo es casi todo. Al alquilar un almacén conviene mapear la red de proveedores, clientes y nodos críticos (puertos, aeropuertos, aduanas, carreteras troncales). Callao, Paita y Salaverry concentran flujos relevantes de importación y exportación; estar cerca de estos nodos puede reducir tiempos de tránsito, costos de transporte y riesgos de ruptura de stock, especialmente en cadenas sensibles al lead time.

Para operaciones con distribución nacional, ciudades como Trujillo ofrecen ventajas de cercanía a la producción agroindustrial y conexiones hacia el norte y centro del país. Un análisis de tiempos puerta a puerta, desde el puerto o proveedor hasta el cliente final,  ayuda a decidir si conviene una nave “de entrada” cerca del puerto y una plataforma secundaria hacia el interior, o una sola ubicación con buen acceso a carreteras.

Criterios para evaluar la ubicación:

  • Accesos para camiones pesados sin restricciones severas de tránsito.
  • Proximidad a puertos y a operadores logísticos (agentes de carga, consolidadores).
  • Riesgo de inundaciones o eventos climáticos; disponibilidad de servicios básicos (agua, energía trifásica, internet).
  • Presencia de talento operativo en la zona y costos de transporte promedio por ruta.

Empresas con cobertura en Trujillo, Salaverry, Callao y Paita, con superficies acumuladas superiores a 300,000 m², han constatado que diversificar sedes reduce la exposición a disrupciones puntuales (obras, bloqueos, clima) y permite ofrecer mejores niveles de servicio a clientes con demanda estacional. Esta visión multihub es especialmente útil para alimentos no perecibles, donde la continuidad y la rotación son críticas.

Infraestructura mínima de un buen almacén

Más allá del metraje, hay que mirar la altura libre útil (para definir niveles de rackeo), la resistencia de piso (para montacargas y estanterías), la iluminación y ventilación, la distancia entre columnas y, por supuesto, los andenes y radios de giro para carga y descarga. Un layout con flujos unidireccionales y zonas segregadas (recepción, cuarentena, almacenamiento, picking y despacho) elimina cruces que generan mermas y accidentes.

Sistemas y seguridad

Controles de acceso, CCTV, cercos perimetrales y un sistema contra incendios acorde al riesgo (detectores, extintores, gabinetes, hidrantes o rociadores, según aplique) son elementos no negociables. Para mercancías sensibles, la bodega debe contar con monitoreo de temperatura/humedad, estaciones de lavado y puntos de higiene. Si se gestionan pallets a gran escala, considerar muelles a nivel con sellos y niveladores acelera la operación y reduce pérdidas térmicas.

Buenas prácticas compartidas por el sector

Operadores con foco en alimentos no perecibles resaltan la importancia de un programa de control de plagas, limpieza programada y registros de auditoría. Esta disciplina, junto a una relación transparente con el cliente, facilita superar auditorías y mantener la continuidad del contrato. La infraestructura y la cultura operativa se retroalimentan: sin personal formado y procesos documentados, el mejor almacén falla.

Sector alimentos (humano y animal): condiciones sanitarias y trazabilidad

En cadenas de alimentos no perecibles, para consumo humano o animal, la prioridad es preservar la inocuidad y la trazabilidad. Esto implica delimitar zonas limpias y sucias, separar insumos por lote y fecha de vencimiento, y aplicar metodologías como FIFO/FEFO. La documentación de ingreso (fichas técnicas, hojas de seguridad cuando corresponda) y los registros de temperatura/humedad brindan un respaldo indispensable ante auditorías.

Empresas especializadas en trading de granos y en la avicultura han demostrado que diseñar el almacén alrededor del flujo de la mercancía reduce tiempos de manipulación y evita contaminaciones cruzadas. Contar con aval y certificaciones exigidas por las autoridades peruanas no es un distintivo de marketing: es la base para poder operar, renovar contratos y atraer clientes regulados. Un equipo entrenado, con checklists diarios y responsables por turno, consolida el sistema.

En operaciones de granos, por ejemplo, se valora un área de cuarentena para verificar condiciones del lote y una zona de reempaque/rotulado cuando el cliente lo solicita. En proteína animal (no perecible), la segregación por especie o línea de producto y el control riguroso de limpieza entre lotes ayudan a evitar devoluciones y reclamos. Todo esto debe reflejarse en el contrato y en anexos técnicos, para que las expectativas queden claras desde el día uno.

Alquiler de almacenes con ATSAC

Tomar buenas decisiones al arrendar una bodega combina aspectos jurídicos, técnicos y de estrategia de red. Estos consejos para alquilar almacenes en Perú priorizan la continuidad operativa y la seguridad, con foco en sectores regulados como alimentos no perecibles. La experiencia del mercado peruano muestra que ubicar la nave dentro de la red logística (puertos, carreteras y mercados), documentar procesos y construir relaciones transparentes con el arrendador y con los clientes derivan en contratos más largos y operaciones más eficientes. Contacta con nosotros haciendo Clic Aquí o llamando al +51 945 263 030. También puedes escribirnos comercial@almaceneratrujillo.com.pe. Contamos con una infraestructura robusta en Lima, Trujillo y Paita, diseñada para satisfacer las necesidades más exigentes de almacenamiento. Servimos al mundo con integridad.

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